Abuso de anabólicos, peligroso atajo hacia el cuerpo perfecto
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Data:
11.02.2005
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Iturria:
eltribuno.com.ar
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Los principales compradores son atletas jóvenes
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Son el camino corto hacia un físico privilegiado. Pero tras la apariencia, se daña la salud. Los chicos los consumen en polvo, en pastillas o se los inyectan directamente sobre el músculo
Circulan de mano en mano, sin control. Con mostrar una receta en la farmacia alcanza. En las veterinarias y en algunas casas de productos dietéticos la venta es libre. Y si no, basta con tener un buen contacto en el mercado negro para conseguirlos. El uso indiscriminado de esteroides anabólicos aumenta y quienes los consumen, en general, no tienen idea del riesgo que estas drogas ocasionan a la salud.
Los principales compradores son atletas jóvenes que pretenden mejorar su desempeño y alcanzar una buena musculatura en poco tiempo. Pero, ¿cómo contribuyen los esteroides anabólicos a lograr el físico deseado? Los esteroides anabólicos son derivados sintéticos de la hormona masculina, testosterona. El nombre completo es esteroides (la clase de drogas) anabólicos (que intervienen en un proceso constructivo) andrógenos (que promueven las características masculinas). Estos derivados de la testosterona promueven el crecimiento del músculo esquelético y aumentan la masa magra corporal.
En un principio, se utilizaron solamente en el campo médico. Fueron desarrollados a finales de la década de los treinta, primordialmente para tratar al hipogonadismo, una condición en la que los testículos no producen suficiente testosterona para un crecimiento, desarrollo y funcionamiento sexual normales.
Hoy, el uso médico de estos compuestos se amplió y se utilizan también para tratar la pubertad tardía, algunos tipos de impotencia y el desgaste corporal causado por largos períodos de postración. En estos casos, el anabólico puede ayudar a recuperar la masa muscular. En todos los casos, el uso es temporal y controlado. Pero en los gimnasios, y entre jóvenes que no miden los riesgos y sólo buscan satisfacer una necesidad estética, la realidad es muy diferente.
Camino engañoso
Maximiliano Kripper es profesor de Educación Física y propietario de un gimnasio en Salta. "Conozco bien el ambiente, conozco el movimiento y sé que hay gente que consume esteroides anabólicos", dice. Kripper aclara que está en contra del uso indiscriminado de estas sustancias, pero, "desde adentro", puede interpretar cual es la mentalidad de quienes las consumen: "Lo hacen porque es de conocimiento público que mejoran el aspecto físico. Además, los resultados positivos se ven a corto plazo y los negativos aparecen muy difusos: pueden llegar o no y, según se dice, pueden llegar a ser reversibles", señala Kripper.
Según este criterio, a la hora de poner las cosas sobre la balanza, los esteroides anabólicos aparecen como el mejor atajo hacia el cuerpo perfecto. Lo que se ve genera admiración; lo que no, queda en el plano de la sospecha. "Muchos chicos hacen pesas para tener más volumen muscular, porque esto es muy bien aceptado por la sociedad. Ese cambio físico lleva mucho tiempo y esfuerzo, pero el camino puede acortarse con el uso de anabólicos esteroides", explica Kripper. El atajo, sin embargo, no es bueno. Y los que deciden tomar este camino lo hacen, generalmente, por desinformación.
"Acá al gimnasio vienen chicos convencidos de que los anabólicos son lo mismo que la creatina, las proteínas o los aminoácidos. Y son cosas totalmente distintas. En el caso de estos suplementos, el consumo excesivo no tiene efectos secundarios porque el cuerpo toma lo que necesita y al resto lo deposita como grasa o lo elimina. Introducir una hormona al organismo, en cambio, es otra cosa, porque es información que el cuerpo sí o sí asimila", explica Kripper.
"Este deporte -añade- requiere, por sobre todo, paciencia y disciplina. Los chicos de 16, 17 ó 18 años a veces no las tienen. Si las pesas se toman en serio, sirven para el futuro, porque cuidan la salud. En cambio, el camino corto no lleva a nada, porque es una trampa".
En general, los chicos miden su progreso en el gimnasio en función de los kilos que pueden levantar. Si normalmente pueden con cien kilos, con el uso de anabólicos probablemente llegarán a levantar 150. Pero cuando dejen de consumir bajarán a 120 kg. Pensarán que ganaron un 20% de fuerza, pero no es así. "Si hubieran trabajado duro desde esos 100 kg. que eran el punto de partida, estarían mucho más arriba", explica el entrenador.
Al alcance de la mano
Los anabólicos esteroides son utilizados por el ente médico y también por el veterinario. En ambos casos, se trata de la misma hormona. "A la de uso veterinario la combinan con vitaminas, calcio y otras cosas para que el animal se ponga más fuerte. Es más fácil de comprar, las cantidades son mayores y los precios, menores", sostiene el doctor Oscar Maigua.
Y agrega: "Los chicos se colocan el producto con jeringas directamente en el músculo, pensando que la acción es local, pero la absorción es sistémica". La escena que el doctor describe puede contemplarse en cualquier gimnasio de esta ciudad. Los anabólicos esteroides circulan entre los adolescentes y adultos jóvenes sin control. Maximiliano Kripper acepta que es muy fácil acceder a estas sustancias. "Hoy en día, cualquier instructor de pesas conoce a alguien que las vende. Para comprarlas en las farmacias necesitás receta, por eso la mayoría recurre al mercado negro".
Si bien -como dice Kripper- "por derecha" se exige receta, esto no garantiza la compra indiscriminada. Susana Carrasco es presidenta de la Cámara de Farmacias y afirma que estos medicamentos tienen categoría de venta libre y venta bajo receta, pero el farmacéutico no retiene el papel. "Son medicamentos que se tendrían que usar siempre bajo indicación médica. En muchos países de Europa y en EE.UU. no se venden sin receta. Aquí no hay una legislación firme al respecto.
Pero también pasa por una cuestión cultural: la gente suele automedicarse muchísimo sin evaluar los riesgos que corre", agrega la farmacéutica. Los anabólicos esteroides vienen en polvo, en cápsulas o inyectables. Además de conseguirlos fácilmente en circuitos ilegales, veterinarias y farmacias, se pueden comprar en algunos locales de productos dietéticos.
Dependencia psicológica
En algunos casos, el abuso de los anabólicos esteroides también deja secuelas psicológicas. Muchos consumidores dicen que tienen una buena imagen de sí mismos mientras los toman, pero los investigadores declaran que el uso indiscriminado de estas sustancias puede causar extrañas alteraciones del estado de ánimo que llevan a episodios violentos.
A veces, cuando se dejan de tomar los esteroides, los jóvenes caen en pozos depresivos, lo cual puede contribuir a la dependencia. Los investigadores indican también que muchos usuarios pueden sufrir celos paranoides, irritabilidad extrema, delirio y alteraciones del juicio que emanan de sentimientos de invencibilidad.
Andrea Salcedo es psicóloga del Hospital del Milagro. Dice que este tipo de dependencia se inicia, generalmente, en la adolescencia. "Es entonces cuando el joven empieza a compararse con su grupo de pares, a fijarse en su cuerpo como algo trascendental". Confirma que la adicción hacia este tipo de sustancias es principalmente psicológica. "Tiene su componente orgánico, pero el mayor porcentaje pasa por la creencia de la persona de que necesita de la droga para seguir viviendo; para ser aceptada socialmente", afirma.
Los chicos que recurren a los anabólicos esteroides suelen ser personas con la autoestima baja. "Lo que se sugiere es un tratamiento, pero lo ideal es hacer prevención. Y la prevención empieza en la familia, en la sociedad que debe cambiar sus esquemas y transmitir mensajes donde lo principal sean los valores, y no la imagen física".
Despejando la nebulosa
El doctor Oscar Maigua es médico clínico del Hospital San Bernardo. Asegura que la supuesta relatividad de los efectos colaterales de los anabólicos es un falso discurso. "Cuando el uso es excesivo, en el hospital se ven las consecuencias
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