La reforma de la ley del tabaco tendrá mayoría política y social
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Data:
31.03.2009
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Iturria:
elperiodico.com
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El PSOE cree que la norma ha quedado obsoleta y CiU está dispuesta a apoyar que se endurezca. La UGT quiere cambios que acaben con la discriminación de los empleados de hostelería
Cuando el ministro de Sanidad, Bernat Soria, se decida a reformar la
ley del tabaco no le va a faltar apoyo parlamentario. Su propio grupo
político, el PSOE, ha acogido con entusiasmo la idea del científico
metido a político de endurecer la norma esta legislatura, mientras que
los parlamentarios de CiU se han mostrado ya dispuestos a brindar sus
votos. Al menos para alumbrar una norma similar a la de Portugal, que
prohíbe fumar en bares y restaurantes de menos de 100 metros cuadrados
y en los mayores que no tengan zonas bien separadas de fumadores.
La ley antitabaco tiene poco más de tres años de vida y se incumple
sistemáticamente en el grueso de las autonomías gobernadas por el PP
debido a sus lagunas. Los expertos coinciden también en que la
posibilidad que la norma da de escoger a los bares pequeños ha acabado
produciendo el efecto perverso de que en casi todos se permite fumar.
Para Alberto Fidalgo, portavoz en temas sanitarios del grupo
parlamentario socialista, la ley se ha quedado obsoleta al no
garantizar realmente el derecho a no respirar humo, "a la salud en
definitiva", de los no fumadores, muchas veces niños, y del millón de
empleados de la hostelería. "Hay consenso científico sobre los daños
del tabaquismo pasivo y la necesidad del nuevo cambio legal. Creo que
va a ser irrebatible", defendió Fidalgo.
CONSENSO
El diputado
orensano, médico de profesión como Soria, aseguró que su grupo hará los
esfuerzos necesarios para lograr el consenso social y político. La
reforma tiene, según las encuestas, el apoyo de más del 80% de la
población, pero "al afectar a mucha gente en su vida diaria --advierte
Fidalgo-- es importante que se haga con el máximo consenso para que la
ley sea efectiva".
Para alcanzar la mayoría parlamentaria, al PSOE
le basta con obtener siete votos más. Los últimos revolcones sufridos
por el Gobierno en el Congreso hacen necesario que antes de poner en
marcha cualquier proyecto de ley, el Gobierno se plantee con que apoyos
podrá contar. En este caso con los 10 diputados de CiU tendría de
sobra. La portavoz de este grupo en cuestiones sanitarias, Conxita
Tarruella, es partidaria de apoyar una modificación que sirva "para
proteger un poco más la salud de los ciudadanos y acabar con la
discriminación de los trabajadores de la hostelería".
Tarruella,
enfermera de profesión, es personalmente partidaria del veto total al
tabaco, pero como diputada es más prudente. La postura de mínimos de su
grupo sería la siguiente: "En los sitios cerrados, sea cual sea su
extensión, o los fumadores están totalmente separados o no se fuma",
resume en una fórmula que se acercaría a la portuguesa. "Estamos
dispuestos a apoyar y hablar. Nuestro grupo no será un problema para
hacer la norma más restrictiva", prometió la diputada. Pero al
Gobierno tampoco le va a faltar el apoyo de la izquierda. ICV y ERC
también creen que es necesaria un norma más restrictiva. Es más, es muy
posible que uno de los factores que decidan al Ejecutivo a lanzarse por
esta senda sea la necesidad de contar con temas que galvanicen a la
gran mayoría de la sociedad y dejen aislado de nuevo al PP como un
partido conservador que se opone a la modernización como ocurre con la
ley del aborto.
El PP sigue en sus trece de oposición a todo lo que
sean restricciones a fumar. Su portavoz parlamentario, Mario Mingo,
anunció que su grupo no apoyará la reforma, ya que se ha demostrado que
las prohibiciones no son efectivas en el consumo en el terreno de las
drogas y de la salud. "Las medidas restrictivas están bien como están.
Hay locales donde no se fuma. En todos los puestos de trabajo hay
alguna incomodidad", justificó.
CONTRADICCIÓN FLAGRANTE
El PP
se va a encontrar tan solo que perderá incluso a aliados coyunturales,
como los sindicatos, que en la ley del 2006 coincidieron con alguno de
sus postulados. La UGT, que defendió la existencia de espacios para
fumadores en todos los centros de trabajo, también considera ahora
necesaria la reforma para hacer una ley que ponga fin a la
contradicción que supone que los empleados del sector del ocio no
puedan fumar, bajo sanción, y se vean obligados a inhalar humo de los
clientes.
Almudena Fontecha, secretaria confederal para la
Igualdad, denunció que los resquicios de la actual ley han propiciado
que las autonomías saquen normativas que han permitido una aplicación
más flexible. "La filosofía de la ley quedó dinamitada por el
desarrollo normativo. Madrid es el más claro ejemplo", lamentó.
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