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Recomendaciones para una política preventiva consistente dirigida a la juventud.
Fecha: 24.06.2007 Fuente: EDEX

El Foro Social en Internet
En 2005 se constituyó el Foro La Sociedad ante las Drogas, integrado por entidades de iniciativa social. Presentamos la síntesis de uno de los documentos elaborados en este tiempo por uno de los grupos en que se subdividió, el grupo Juventud y Drogas.

Presentación

A iniciativa del Ministerio de Sanidad y el Plan Nacional sobre Drogas, el día 24 de Febrero de 2005 se constituyó El Foro “La Sociedad ante las Drogas”. La iniciativa surge  ante  la necesidad  de sumar esfuerzos para sensibilizar a la sociedad sobre las consecuencias del consumo de drogas.

Esta propuesta no nace solo con la intención de construir un lugar de  reflexión y análisis sino que tiene vocación de llegar a compromisos de acción que permitan hacer frente a esta situación.  Se formula mediante esta propuesta que el problema del consumo de drogas no es solamente una responsabilidad de las Administraciones sino del conjunto de la sociedad en todas sus expresiones organizativas. El Foro se convierte así en un instrumento útil de articulación entre las organizaciones y las administraciones.

El compromiso empieza a funcionar y el Foro se estructura en 3 grupos de trabajo: Familia, Medios de Comunicación y Juventud.

Las organizaciones que formamos parte del Grupo de Trabajo Juventud y Drogas hemos mantenido reuniones sobre la base de un acuerdo inicial sobre la centralidad de las políticas preventivas por ser estas las que impulsan de manera más poderosa las posibles soluciones al problema.

Como resultado del trabajo realizado durante el primer año, se propusieron un total de 21 recomendaciones que a continuación presentamos.


Recomendaciones

 1.    Las políticas públicas en la materia que nos ocupa deben trabajar para cuestionar críticamente el binomio juventud/consumo de drogas.

2.    Es necesario reforzar percepciones sociales equilibradas sobre los consumos de drogas, que huyan tanto del tremendismo como de la indiferencia.

3.    Las relaciones juveniles con las drogas deben considerarse desde la óptica de los estilos de vida que las condiciones sociales actuales (precariedad creciente y dificultad para construir proyectos de vida sólidos, trascendencia del ocio, etc.) favorecen.

4.    Las políticas públicas en esta materia deben formar parte de las políticas globales de Sanidad, Bienestar Social, Educación, Juventud y Justicia e Interior.

5.    Es necesario priorizar políticas preventivas específicas, renunciando a políticas inespecíficas que corren el riesgo de diluirse por falta de un marco de actuación propio.

6.    Para que la prioridad atribuida a la prevención en los discursos públicos sea efectiva, debe reflejarse en la distribución del gasto público en drogodependencias.

7.    Es preciso incrementar la dotación presupuestaria de las políticas preventivas, así como explorar fórmulas de financiación que garanticen la continuidad de los programas y permitan sustraerlos de la incertidumbre y la precariedad.

8.    Las políticas preventivas deben contemplar la necesaria participación de la sociedad civil en los distintos momentos de su desarrollo.

9.    Las políticas públicas en la materia deben incorporar plenamente los programas orientados a la reducción de daños, adquiriendo así una perspectiva más globalizadora.

10.     Es preciso impulsar investigaciones que aporte conocimiento sobre los riesgos relacionados con las formas actuales de consumos de drogas y ayuden a orientar las estrategias preventivas.

11.     Es necesario mejorar la calidad de los programas, avanzar en procedimientos de registro y acreditación, y favorecer su plurianualidad.

12.     Es preciso fortalecer la formación de los profesionales de la prevención, así como la de aquellas personas sobre las que, en su calidad de mediadores, pivotan buena parte de las acciones preventivas locales.

13.     Es necesario garantizar formas efectivas de coordinación y comunicación entre las administraciones públicas y las organizaciones sociales.

14.     Las políticas preventivas dirigidas a la juventud deben contemplar la existencia de una considerable pluralidad en el “ser joven” actual de nuestro país, evitando intervenciones que desatiendan a sectores juveniles importantes.

15.     Apostamos por reforzar la perspectiva comunitaria de las acciones preventivas.

16.     Para reforzar el compromiso preventivo de las familias españolas estimamos necesario avanzar en el establecimiento de políticas que concilien la vida laboral con la vida familiar.

17.     El sistema educativo debe contemplar de manera explícita la necesidad de que la escuela invierta tiempo educativo en el desarrollo de propuestas preventivas.

18.     Los adolescentes que siguen itinerarios formativos para la iniciación profesional, deberían tener ocasión de participar en acciones preventivas que reconozcan su singularidad.

19.     Las poblaciones juveniles con especial riesgo deben ser objeto de actuaciones específicas dinamizadas por los profesionales en contacto con ellos (educadores, sanitarios, sociales, etc.), que permitan reflexionar sobre la relación con las drogas, identificar situaciones de riesgo y actuar de manera adecuada a cada situación.

20.     El ámbito laboral debe incluir, en el marco de los programas de promoción de la salud inspirados por la LPRL, propuestas preventivas específicas relacionadas con las drogas.

21.     La creciente trascendencia del ocio en la vida de la juventud española hace necesario el desarrollo de actuaciones preventivas en este ámbito, basadas en aquellas metodologías participativas que hayan probado su eficacia.

Más información:

http://www.pnsd.msc.es/Categoria3/

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