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Los empleados que fuman podrán perder su trabajo en los EEUU
Fecha: 23.02.2006 Fuente: infobae.com

Algunas empresas los someten a análisis de nicotina. Los niveles de control llegaron hasta las actividades que realizan fuera de sus trabajos. Especialistas consideran que se violan los derechos de los trabajadores

Los fumadores estadounidenses tienen cada vez menos espacio para su vicio. Desde hace tiempo no se permite fumar en lugares públicos u oficinas, y ahora las empresas dispusieron severas medidas para detectar a los trabajadores fumadores.

Los consumidores de tabaco tienen el riesgo de perder su trabajo, ya que las compañías no permitirán que sus empleados fume. Desde hace algún tiempo, las empresas impusieron el “fuma- no fuma” como un requisito en la solicitud de ingreso de los trabajadores.

Las empresas ahora le sumaron análisis de nicotina a sus empleados para detectar a los fumadores para despedirlos, según informó Los Angeles Times.

Una empleada de la firma Weyco Inc se negó a someterse al análisis y fue despedida luego de 15 años de antigüedad. El caso llegó a la Justicia, pero la mujer se enteró que en su estado –Michigan- y otros 19 el empleador tiene derecho de despedir a sus trabajadores por actividades que realizan fuera del horario laboral.

Otras empresas también aplicaron medidas similares. Alaska Airlines pide análisis de nicotina para los que se postulan para entrar, y Union Pacific dejó de contratar a fumadores.

Algunos abogados consideran que este tipo de medidas viola los derechos de los trabajadores.

En 30 estados aprobaron leyes que prohíben a las empresas tomar medidas discriminatorias contra opciones propias del estilo de vida, como fumar.

Sin fumar en la vía pública

Primero fueron los recintos, luego las playas y, para mediados de marzo, California contará con la primera ciudad del mundo en prohibir el consumo del tabaco en la vía pública.

El infierno de los fumadores se llama Calabasas, ciudad dormitorio del valle de San Fernando a unos 30 kilómetros del corazón de Los Angeles, donde residen unas 30.000 personas separadas de las costas de Malibú por un frente de montañas.

A sus ranchos perfectos y por lo general de clase media alta, organizados en un urbanismo salido de filmes "orwellianos" como "The Truman Show", se suma ahora la pureza de un aire del que en marzo desaparecerá el olor a tabaco.

El Ayuntamiento de Calabasas ultima estos día una ordenanza municipal, aprobada en enero, por la que desde medidos de marzo regulará el consumo del tabaco en la vía pública.

Siempre que haya otra persona en el área a la que moleste el humo, el fumador está obligado por ley a apagar su cigarrillo.

La ordenanza quiere preservar los lugares donde se agrupan los residentes, como paradas de autobús o parques públicos, pero afecta a cualquier espacio público.

Su intento es proteger a sus habitantes de los efectos nocivos del humo del tabaco, en especial a los menores o a los que padezcan de asma u otras afecciones respiratorias.

La medida muy probablemente será seguida por otras localidades estadounidenses como ocurrió en 1994 con la prohibición del consumo de tabaco en los lugares de trabajo o desde hace dos años en casi todas las playas de la costa californiana.

La normativa puede ir más lejos y también peligra el derecho de los fumadores a consumir tabaco en su propia casa.

O, lo que es peor en el caso de un californiano acostumbrado a las autopistas, en su coche.

El municipio está estudiando la posibilidad de prohibir el tabaco en las zonas comunes de los bloques de apartamentos o en los coches cuando hay menores presentes.

Y hasta en la liberal Santa Mónica (California) son numerosas las viviendas de alquiler que se han sumado con éxito a la iniciativa de prohibir a los inquilinos que fumen dentro de los apartamentos a riesgo de que esa sea causa para el desalojo.

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