Asimismo, ocho de cada 10 declararon haber emigrado en busca de sus
padres y hermanos radicados allá, y 60 por ciento dijo que trabajaba en
la industria de la construcción.
El documento, elaborado con base
en una encuesta aplicada por investigadores de los Centros de
Integración Juvenil (CIJ), en coordinación con el DIF federal y las
delegaciones estatales y municipales del organismo, reporta que 28 por
ciento de los adolescentes repatriados señaló haber tenido más de dos
trabajos diarios para sobrevivir.
En la presentación de los
resultados, el director de Investigación y Enseñanza del CIJ, Ricardo
Sánchez Huesca, planteó que la población de adolescentes que emigran
ilegalmente a Estados Unidos y son expulsados está expuesta a mayor
vulnerabilidad frente a las drogas. Muchos de ellos –precisó– se vieron
obligados a laborar dobles jornadas, por lo que se encontró que uno de
cada tres de los jóvenes encuestados utilizan mariguana, cocaína u
otras drogas para soportar la carga de trabajo.
Además, estos
jóvenes “han estado expuestos a peligros” al cruzar ilegalmente la
frontera, tanto porque lo hacen por zonas desérticas y climas extremos,
como porque son explotados, engañados y perdidos por los llamados polleros. La mayoría va en busca de sus parientes y con mayor frecuencia son detenidos en las carreteras y las escuelas.
Sánchez
Huesca dijo que más allá de hablar de estados expulsores, “se puede
señalar que todo México ya es expulsor de mano de obra. Incluso, ya se
superó a China”. Dio además un dato revelador: entre los jóvenes
repatriados, 23.2 por ciento señaló haber consumido drogas ilícitas
durante su estancia en el país vecino, cuando sólo 7 por ciento lo
había hecho antes de migrar.
En el foro, Cecilia Landerreche,
titular del DIF nacional, señaló que llama la atención el fenómeno
creciente de consumo de drogas entre niños cada vez de menor edad en el
país, por lo que sostuvo que es muy importante dar atención a los que
son repatriados, porque si no se atienden las causas que provocan la
migración y la drogadicción, va a pasar una y otra vez, por ello, “como
sociedad y gobierno hay que apostar a la prevención”.
Sobre las
declaraciones de los niños de que trabajan doble jornada, sostuvo que
“nos están hablando de falta de oportunidades de empleo y estudio, y se
derriba el mito de que los que migran son adultos y que van por una
vida mejor”. Además –señaló–, hacen ver que hay explotación infantil en
el otro lado de la frontera, la cual no se puede permitir, ya que de
alguna manera “nos desentendemos cuando los niños se van a otros
países; cuando cruzan las fronteras como que sentimos que ya no es
nuestra responsabilidad protegerlos de una explotación laboral, y esto
es algo que desde luego también tiene que cambiar”, comentó la
funcionaria.
Cabe referir que diariamente llegan entre 30 y 40
adolescentes migrantes o repatriados a las unidades del DIF en las
zonas fronterizas, cifra que se podría incrementar en los próximos
meses por la situación económica en Estados Unidos.