Publicado en El Periodico de Cataluña en enero de 2004
Unos 500 españoles, en su mayoría de entre 11 y 15 años, comienzan a fumar cada día en España. También a diario, 300 adultos logran dejar el hábito y 150 fallecen por la adicción. El Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNTP), que agrupa a una treintena de sociedades científicas, aporta otro dato: la subida de un 10% del precio de la cajetilla evitaría que un 8% de menores cayeran en el vicio del humo.
Este aumento de precio provocaría de paso una bajada del consumo de cigarrillos en un 5%, según han establecido en sendos informes la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial. "La elevación del precio, junto con la prohibición de toda publicidad, es la medida más importante desde el punto de vista preventivo", defiende Carlos Jiménez, neumólogo madrileño y presidente de la Sociedad de Especialistas en Tabaquismo (SEDET).
Tabaco más barato
El argumento es compartido por Rodrigo Córdoba y Joan Ramon Villalbí, presidente y secretario del CNPT, respectivamente, quienes abogan por una subida del precio al menos de un 10%. Estos especialistas advierten de que el tabaco no sólo es más barato en España que en el resto de Europa, sino que cuesta menos en términos reales que hace 30 años, si se descuenta la inflación.
Un estudio de la Universitat Pompeu Fabra revela que la industria del tabaco bajó los precios en los años 70 para captar a las mujeres jóvenes. "Las tabaqueras no han repercutido en el precio final las últimas subidas de impuestos y las han descontado de sus beneficios para buscar y mantener nuevos y seguros clientes entre los adolescentes", denuncia Jiménez.
Bien de consumo
"La experiencia francesa ha demostrado que la subida de precios reduce el consumo. El Gobierno debería utilizar esta capacidad, al menos para prevenir a los jóvenes", subraya Villalbí, miembro de la Agència de Salut Pública de Barcelona
Sin embargo, el Ministerio de Economía impuso su criterio, contrario a la subida de precios, en una reciente reunión del Plan Nacional de Prevención y Control del Tabaquismo. El argumento del departamento que dirige Rodrigo Rato es que repercutiría en el índice de precios al consumo (IPC) y en otros aspectos macroeconómicos. "El tabaco es una droga, no un bien de consumo. ¿Sería lógico que se computara también en el IPC la venta de cocaína, que seguramente mueve mucho más dinero?", se pregunta Carlos Jiménez.
Según Rodrigo Córdoba, el tabaco ocasiona mayor gasto sanitario que los beneficios que le reportan los impuestos que lo gravan. "Lo del IPC es una excusa. Se puede calcular un IPC sin tabaco, como el que se utiliza para subir las pensiones", rebate el neumólogo aragonés.
"La decisión --apunta Villalbí-- debe ser de todo el Gobierno, no sólo del Ministerio de Sanidad". Su titular, Ana Pastor, se ha pronunciado sobre el asunto a la gallega advirtiendo de que el impacto en la salud no está totalmente demostrado.
Largas en sanidad
El director general de Salud Pública, también médico, José María Martín Moreno, tampoco se atreve a pronunciarse claramente contra los criterios del todopoderoso Ministerio de Economía. "Subir el precio puede tener un efecto beneficioso para los jóvenes. Estamos completando información. Se subirá el precio en el momento en que se considere oportuno con todos los informes y evidencias", advierte Martín Moreno.