- Las encuestas sobre consumo de drogas en el
País Vasco parten de los 15 años. ¿Habrá que empezar a preguntar a
niños de 13 años
- Manejamos los datos que reflejan nuestros estudios. Si
bajamos la edad de la muestra recogeríamos una realidad que
estadísticamente resulta insignificante
- Pero preocupante...
- Son pocos, pero una población de alto riesgo. Nos
reunimos con el personal de Sanidad para que desde Pediatría se
detecten y deriven los casos a Salud mental, servicio al que
normalmente se accede a partir de los 14 años.
- Antes no se veía a chavales de 13 años bebiendo alcohol...
- La sociedad ha cambiado. La media de inicio de las
relaciones sexuales y del consumo de alcohol son los 15 años. Hay un
adelanto que pensamos es temporal y se irá corrigiendo. Los plazos
educativos también se han adelantado. A los 3 años empieza la enseñanza
reglada y a los 12 se va al instituto.
- Vamos deprisa...
- Los rituales de transición siempre han existido.
Marcan el paso a la edad adulta. Un adolescente quiere transgredir. Y
lo hará teniendo relaciones sexuales, vistiendo ropa muy llamativa o
con el consumo de alcohol y tabaco. Esto ocurría antes a los 16 años y
ahora pasa a los 15.
- ¿Qué indica un coma etílico a los 13, 14 ó 15 años?
- Es un indicador nuevo. Significa que hay un colectivo reducido de menores que no está suficientemente cuidado.
- Los padres que reciben esa sorpresa no pensarán lo mismo...
- Compartimos un modelo educativo que es el del exceso
de permisividad y la mucha protección. La mezcla no funciona pero
compensa el sentimiento de culpa.
- Y ello marca.
- Hay una cierta falta de madurez. Y la sociedad
refuerza un modelo: "derechos, sí, obligaciones, no". Se apuesta por la
vida cómoda y hay falta de atención, de escucha y de compañía. Nos pasa
también en el barrio, con los vecinos. Hay una fragmentación.
- ¿Cambiaremos?
- El antídoto de la culpa es la responsabilidad. Vamos hacia conductas más saludables, tranquilas y armónicas.