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Consumo de Drogas en personas adultas mayores costarricenses
Fecha: 09.02.2005 Fuente: Los autores

Mario Alberto Sáenz Rojas, participandocomo ponente en el encuentro de la RIOD 2004 en Palma de Mallorca
El presente trabajo muestra los resultados sobre consumo de drogas, obtenidos con poblaciones de 60 años y más, integrantes de cada una de las muestras que participaron en los estudios nacionales sobre consumo de sustancias psicoactivas efectuados en Costa Rica durante los años 1990, 1995 y 2000.

Julio Bejarano Orozco M. Sc.*,

Mario Alberto Sáenz Rojas M. Sc.**

 

Resumen

Desde el punto de vista metodológico, se establecieron comparaciones a lo largo del periodo, con un carácter transversal repetido.   Entre los resultados más destacables se puede  citar la existencia de un estilo de vida sedentario evidenciado en bajas proporciones de personas que realizan algún tipo de ejercicio físico, una disminución paulatina a lo largo de la década en los diferentes niveles de prevalencia de consumo de alcohol y tabaco, un elevado promedio de años de fumado, con las implicaciones conocidas en el plano de la salud, así como diferencias en cuanto a los niveles de consumo de tabaco y alcohol según sexo. En este sentido, el consumo masculino resultó significativamente mayor que el femenino, lo cual se relaciona con aspectos de socialización de género más patriarcales que lo que podrían ser actualmente.

Desde un punto de vista epidemiológico, el sector poblacional a que hace referencia este estudio no se constituye en un grupo de riesgo para el consumo de sustancias ilegales.

En el nivel de la formulación de políticas se propone la articulación de acciones preventivas dirigidas expresamente a este sector, con miras a una mayor promoción de su salud y un mejoramiento de su calidad de vida.

 

 INTRODUCCIÓN

En Costa Rica, desde la década de 1980, la franja de edad correspondiente a las personas adultas mayores ha cobrado interés para las diferentes disciplinas científicas, lo cual se evidencia, por ejemplo, en la dedicación de un número específico de la Revista de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica[1], la creación de una organización no gubernamental dedicada a la promoción de esta población (Asociación Gerontológica Costarricense), así como la apertura de un programa de cursos libres para la población mayor de 50 años y un Programa de Posgrado en Gerontología, organizados por esa misma casa de estudios.

            Costa Rica es un pequeño país ubicado en el istmo centroamericano, cuyo territorio abarca un total de 51 100 kilómetros cuadrados. Según los datos del censo de población del año 2000, alcanzó un total de 3 810 179 habitantes, mientras que la población de 60 años y más fue de 301 474 personas, o sea, 7,9%; aunado a ello, registró el 95,2% de alfabetismo en la población general (Instituto Nacional de Estadística y Censos, 2001).  Asimismo: “De acuerdo con la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples, la pobreza total se encontraba en un 21,1%, medio punto porcentual por encima del nivel prevaleciente un año atrás (1999).  La pobreza extrema pasó de 6,7% en 1999 a 6,4% en el 2000.  La situación tiende a ser más grave en la zona rural, donde la pobreza afecta a un 37,1% de los hogares, mientras que en la zona urbana la incidencia fue de 22,7%” (Proyecto Estado de la Nación, 2001, p. 77).

            Desde mediados del decenio de 1980, se anunciaba que “Los mayores de 60 años constituyen el grupo de edad que crece más rápidamente en el mundo.  En 1985 esta población será de 406 millones; en el año 2000 alcanzará 585 millones y en los siguientes 25 años se duplicará alcanzando 1120 millones, o sea la población total de los países desarrollados en 1980.  El 70 por ciento de estos senescientes (sic) del año 2025 vivirá en los países no industrializados y el 7 por ciento (78,4 millones) en América Latina” (Trejos, 1985, p. 9).010

04        En el caso particular de Costa Rica, hacia 1950 la población de 60 años y más era de un 5,3% del total.  Luego de un descenso por la mortalidad de las décadas de 1950 y 1960, en 1980 la proporción de personas adultas mayores ascendió a un 5,5% y para 1985 a un 5,8%.  Las proyecciones estadísticas de los ochentas indicaban que para el año 2000 sería de un 7,3% y para el año 2025 de un 13% (Trejos, 1985).  Al confrontar estos últimos datos con los del último de censo de población, se aprecia que para el año 2000 la cifra real estuvo ligeramente por encima (0,6%) de la proyección mencionada.

            Por otra parte, la expectativa de vida al nacer se ha incrementado de manera paulatina en el país:  para el año 1990, la misma se estableció en 76,7 años, en tanto que para el año 2000 fue 77,49 años (Méndez y Araya, 2001).

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