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Mensaje con ocasión del Día Mundial del Sida 2003, de Peter Piot director Ejecutivo de ONUSIDA
Fecha: 02.12.2003 Fuente: OnuSida

Peter Piot, Director Ejecutivo de ONUSIDA
En el presente Día Mundial del SIDA, los datos de que se dispone vuelven a poner de manifiesto que la epidemia sigue creciendo.

En las regiones gravemente afectadas, el SIDA amenaza la mismísima estructura de la sociedad y la esperanza de vida está cayendo en picado. En las regiones donde el VIH es un fenómeno relativamente nuevo, particularmente Europa oriental y la mayor parte de Asia, la epidemia se está extendiendo con más rapidez que en ninguna parte.
 
No obstante, en medio de la visible tragedia de la epidemia, la respuesta mundial al SIDA entra ahora en una nueva fase de oportunidad extraordinaria e histórica que está siendo impulsada por la voluntad política, los indicios de lo que funciona y el aumento de los recursos nacionales y de los donantes para luchar contra la epidemia, incluidas las iniciativas como el Fondo Mundial para la Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria, el Plan de Emergencia del Gobierno de los Estados Unidos de América para el Alivio del SIDA y los Programas Multinancionales del SIDA del Banco Mundial.
 
Las personas que viven con el VIH/SIDA tienen derecho a tener un futuro. Hay seis millones de personas en todo el mundo cuyas vidas están comprometidas porque no pueden obtener medicamentos que salvan vidas, unos medicamentos que actualmente pueden suministrarse por tan sólo 50 centavos de dólar estadounidense al día.
 
Las Naciones Unidas dirigen la respuesta mundial de emergencia que se propone salvar estas vidas. El ONUSIDA, con la Organización Mundial de la Salud como copatrocinador a la cabeza, está al frente de la campaña para asegurar que para 2005 por lo menos tres millones de personas con el VIH reciban terapia antirretrovírica que salva vidas. Esta meta es nuestro primer paso en el camino para resolver las diferencias en el acceso al tratamiento que hoy día dividen el mundo rico y el que tiene pocos recursos.
 
Una parte inseparable de nuestros esfuerzos debe ser una renovada atención orientada a prevenir la propagación del VIH. Las desigualdades de hoy día en materia de prevención son casi tan grandes como las diferencias en materia de tratamiento: a nivel mundial, menos de una de cada cinco personas tiene acceso a algún tipo de programa de prevención del VIH.
 
Pero en las naciones y comunidades que han sabido atacar el problema de frente, se han realizado progresos. En todo el mundo hay cada día más ejemplos de una acción resulta que está conteniendo el SIDA.
 
En el mundo de hoy existen pocas causas morales más importantes que la de reunir el impulso que transforme algunos ejemplos dispersos de éxito en un movimiento mundial en gran escala para vencer el SIDA. No hay otro lugar mejor para empezar que en nuestras propias comunidades, y eliminando el estigma que tan a menudo sigue dirigiéndose a las personas que viven con el VIH, tal como se destaca en la Campaña Mundial contra el SIDA de este año.
 
Las poblaciones y naciones del mundo, actuando de común acuerdo, tienen la fuerza para doblegar el SIDA: educando a nuestros niños, protegiendo a nuestros jóvenes, poniendo fin a la vergonzosa estigmatización de las personas que viven con el VIH, y asegurando el futuro para todos los que están infectados o afectados por el VIH.
 
No podemos demorarnos más.

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www.un.org/spanish/sida/2003/presskit.htm