"La única forma de evitar esto es lograr que los jóvenes sean conocedores de que se pueden divertir de muchas maneras, sin la necesidad de consumir alcohol", apuntó.

   Por otro lado, Moya destacó el papel de los padres a la hora de conocer "cómo se divierten sus hijos" y recordó que su deber es vigilar "cómo banalizan determinados consumos". "Lo que deben hacer es ejercer de padres y eso implica responsabilizarse", insistió.

   En esta línea, señaló que otra de las responsabilidades que atañe a los padres es informar a sus hijos para que tengan un "conocimiento del riesgo real que supone el consumo de alcohol, y que tienen que saber decir "no" a este tipo de ofertas".

   Además, Moya aseguró que la delegación de Gobierno para el Plan sobre Drogas, por su parte, tiene varias líneas de intervención para prevenir el consumo "de todo tipo de sustancias que pueden producir adiciones y, por tanto, producir perjuicios en la salud de los jóvenes". Estas actividades están dirigidas a la "prevención y de sensibilización en distintos marcos y ámbitos, como son el educativo o el familiar".

   Finalmente, Moya reconoció que están estudiando la problemática del alcohol desde distintos aspectos "para tener una aproximación mucho más ajustada a la realidad de este momento en nuestro país en cuanto al consumo de alcohol, al riesgo que entraña en su consumo, sobre todo en los jóvenes".