El informe considera que en este periodo no se han hecho avances
globales en la batalla contra la droga, a pesar de que en 1998 los
miembros de las Naciones Unidas se propusieron cooperar para reducir
significativamente en 10 años el comercio ilegal de drogas. "Hubo
demasiado optimismo y se crearon unas expectativas que no se han
cumplido", opina en conversación telefónica desde Viena Carel Edwards,
funcionario de la comisión que ha dirigido el estudio. "En algunos
países emergentes como Ucrania o Rusia ha aumentado seriamente el
número de consumidores de heroína y cocaína", advierte.
Los
países consumidores son los principales beneficiarios del negocio de la
droga, según la comisión. Los productores de hoja de coca sólo obtienen
el 2% del precio final de venta, mientras que el 90% de las ganancias
se quedan en el país de consumo.
La comisión apuesta por poner
más énfasis en las políticas de prevención y desintoxicación. "La
legalización del consumo debilitaría a las mafias, pero la realidad es
que ni la UE ni la ONU parecen estar preparadas para apuntar en esa
dirección", valora Edwards.
El estudio se presentó en la víspera
de una reunión ministerial en la Comisión de Estupefacientes de las
Naciones Unidas que revisará la estrategia en la lucha contra la droga
de los próximos 10 años.