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EEUU aprueba un ensayo clínico que investigará el uso médico del éxtasis
Fecha: 01.04.2004 Fuente: elmundo.es

Pastillas de extasis
El estudio se llevará a cabo en carolina del sur con 20 mujeres que sufren estrés postraumático. Analizará si la droga puede reducir el miedo y la ansiedad

El éxtasis resurge de sus cenizas científicas para volver al inicio de su historia más reciente: el uso terapéutico. Un psiquiatra estadounidense acaba de recibir la última de las aprobaciones necesarias para iniciar un ensayo clínico en el que administrará la sustancia a mujeres que sufren un trastorno por estrés postraumático como consecuencia de actos violentos.

Michael Mithoefer, el especialista responsable del estudio, había recibido la luz verde de la agencia estadounidense encargada de regular los fármacos en 2001, pero tuvo que esperar algo más de dos años para lograr la aprobación de la Agencia Antidroga de EEUU, el organismo que controla las drogas, puesto que el éxtasis está tipificado como una sustancia ilegal en el mismo grupo que la heroína o la cocaína.

Si los planes de Mithoefer se cumplen, el ensayo podría empezar el próximo mes. Se seleccionarán 20 pacientes que no han respondido a otros tratamientos, algo relativamente sencillo puesto que existen pocas terapias realmente eficaces para este trastorno.

Un bisturí psicológico

Un grupo de las participantes recibirá una o dos dosis de 125 mg de MDMA (el nombre científico del éxtasis) en un intervalo de tres semanas, mientras que al resto se les administrará placebo (una sustancia inocua sin actividad terapéutica).

El éxtasis no es en ningún caso un tratamiento único, sino que se emplea para «facilitar el proceso terapéutico», asegura José Carlos Bouso, investigador experto en el uso médico del MDMA de la Universidad Autónoma de Madrid y colaborador habitual del grupo de Mithoefer. Según el especialista español, este tipo de pacientes sufre un «embotamiento emocional» que les impide avanzar en la psicoterapia. Aunque viven atormentados por las imágenes del trauma no son ni siquiera capaces de hablar de él, algo fundamental para superarlo. Es en este punto donde el éxtasis puede tener una aplicación porque hace que «disminuya el miedo y la ansiedad a la vez que facilita el acceso a experiencias emocionales duras», actuando como un «bisturí psicológico».

Evidentemente, tanto Bouso como Mithoefer subrayan que el uso incontrolado y durante largos periodos de tiempo de esta droga puede ser peligroso.
En cualquier caso ésta no es, ni mucho menos, la primera experiencia médica que una sustancia con una larga historia. Merck patentó el MDMA en 1913 y después fue olvidado. A principios de los 70 fue redescubierta por un químico de la compañía Dow Chemicals, Alexander Shulgin, que la probó en si mismo. Sus efectos le llevaron a compartir el hallazgo con un amigo psiquiatra y de este modo acabo entrando como una terapia más en las consultas de estos especialistas. Entre 1972 y 1985 cientos de miles de pacientes recibieron la sustancia como parte de sus tratamientos. Pero al inicio de los 80 el MDMA traspasó la medicina hacia el mundo nocturno. Pronto llamó la atención de las autoridades y llegó su prohibición.

En España las autoridades paralizaron un estudio similar

Aunque no es lo habitual, en esta ocasión no son los estadounidenses los pioneros. El primer ensayo clínico para valorar los efectos terapéuticos del éxtasis después de su prohibición fue aprobado en España en febrero de 2000.
 
El equipo de investigación liderado por José Carlos Bouso forma parte de un proyecto de la asociación estadounidense MAPS, centrada en el uso terapéutico de alucinógenos.

El ensayo español comenzó en 2001 tratando a víctimas de agresiones sexuales con trastorno por estrés postraumático. Un año más tarde, después de que un medio de comunicación informara de la existencia del estudio, las autoridades sanitarias españolas realizaron una inspección.

Días más tarde el gerente del Hospital Psiquiátrico de Madrid donde se estaba llevando a cabo la experiencia comunicó al equipo de Bouso su decisión de no dejar sus instalaciones para seguir el trabajo.

El número de pacientes tratadas no era suficiente para extraer conclusiones consistentes. Y parece que no serán datos españoles los que determinen si el MDMA tiene potencial terapéutico. «No creo que se vuelva a reiniciar el estudio debido a cuestiones políticas», opina Bouso. Y añade «no hay motivos científicos para no investigar. Sobretodo después del fraude de Ricaurte».
El investigador hace referencia al autor de un estudio que sugería que una dosis de éxtasis era suficiente para provocar afectación neuronal, pero más tarde se descubrió que no se había empleado MDMA, sino otra sustancia más tóxica.

Sin embargo, no todos los expertos creen que el MDMA tenga un potencial médico. «El argumento es que el éxtasis abre la mente, pero creo que no aporta nada. Además sus efectos estimulantes podrían descompensar a pacientes tan vulnerables como los que padecen estrés postraumático», opina José Martinez-Raga, coordinador de la Unidad de Conductas Adictivas del área nueve en Valencia.

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