Tabaco, el camino más rápido a la muerte
|
 |
Fecha:
09.07.2004
|
Fuente:
abc.es
|
Más de sesenta mil personas fallecen cada año en España por causa, directa, del tabaco. Para prevenir su acción sólo existe una consigna: dejar de fumar o no hacerlo nunca. Los efectos del tabaco se traducen en más de 25 enfermedades sobre las que tiene incidencia directa, se sea fumador directo o «pasivo». Un cigarrillo equivale a perder cinco minutos de esperanza de vida
TEXTO: GONZALO ZANZA. PUBLCIADO EN EL DIARIO ABC
El tabaco es causa de muerte. Más claro es imposible decirlo, pero aún así el 34,4% de la población española mayor de quince años sigue con el mal hábito a cuestas, con cifras tan escandalosas como que en nuestro país la edad de inicio en tan nefasta costumbre se sitúa en los 13,1 años con una media de consumo de 7,4 cigarrillos. El resumen más enérgico de lo que provoca el tabaco lo dan dos cifras: cada fumador pierde, como media, entre 10 y 15 años de vida, y cada cigarrillo supone cinco minutos menos. Todo ello en una lista superior a las veinticinco enfermedades, que son las que sobre el tabaco tiene incidencia directa. Las más importantes, dada su prevalencia en la población, son las siguientes:
Problemas respiratorios progresivos
El consumo de tabaco origina inflamaciones e irritaciones del tracto respiratorio, provocando la destrucción de los alvéolos pulmonares, lo que se conoce bajo el nombre de enfisema. A su vez, origina un exceso de moco, con obstrucción o reducción de los bronquios. Estos problemas tienen carácter irreversible y muchos de ellos se convierten en progresivos, hasta el punto de que la sensación de quedarse sin aire pasa a ser una realidad ante la que es muy difícil luchar.
Doble de enfermedades coronarias
El tabaco lleva a que los fumadores con una edad inferior a los 65 años de edad tengan el doble de probabilidades de morir por una enfermedad coronaria que los que no han fumado nunca. Aquéllos que inhalan las sustancias tóxicas de más de 20 cigarrillos diarios elevan sus posibilidades al triple. El hábito se convierte en especialmente perjudicial si el fumador es hipertenso. La acción del tabaco provoca la aparición de arterosclerosis, lo que puede llevar a casos de trombosis e infarto de miocardio.
Inductor de cáncer oral
Anualmente se diagnostican en España dos mil casos de cáncer oral, con una tasa de mortalidad del 50%. El abuso de alcohol y tabaco son sus principales inductores, hasta el punto de que los consumidores de ambos productos nocivos tienen un riesgo de entre 6 y 15 veces mayor de sufrir este tipo de tumor. Las lesiones malignizables, como las leucoplasias, se producen con una frecuencia seis veces mayor en fumadores que en no fumadores.
Cáncer de esófago, 25 veces de riesgo
La incidencia del cáncer de esófago es veinticinco veces superior en los fumadores que asocian su consumo al del alcohol, una proporción de riesgo que duplica a la del cáncer de boca. La tasa de supervivencia de este tumor no supera el 25% a los cinco años de ser detectado. Sólo factores como el sobrepeso suponen un riesgo superior al tabaco para padecer cáncer de esófago, ya que estaba presente en el 41% de los casos, mientras el tabaco lo estaba en un 40%.
Cáncer de laringe, el 94% de los casos
Hasta el 94% de los pacientes diagnosticados con cáncer de laringe son fumadores, un tumor que registra unas posibilidades de curación que oscilan entre el 30 y el 90%, dependiendo de la extensión. Los carcinógenos desprendidos en el humo del tabaco son el origen de alteraciones genéticas en las células expuestas a su acción. Estos trastornos genéticos se perpetúan en las células hijas y se originan alteraciones que pueden acabar en cambios morfológicos, denominados displasia.
Retraso del crecimiento del feto
Fumar durante el embarazo es perjudicial para el feto. Dos de los componentes fundamentales del tabaco y de su combustión, la nicotina y el monóxido de carbono, pueden retrasar el crecimiento fetal, de forma que el niño nazca con un peso inferior al normal. Los niños nacidos de madres que fumaron durante el embarazo tienen más probabilidades de ser prematuros. Un bebé expuesto al humo presenta el doble de riesgo de morir por muerte súbita.
Precursor del cáncer de páncreas
Una cuarta parte de los casos diagnosticados de cáncer de páncreas pueden tener como precursor el consumo de tabaco, debido a los componentes N-nitroso que provocan hiperplasia de los ductos pancreáticos. Este tumor es «silencioso» y no se detecta hasta en que el cuerpo ha llegado a fase terminal, momento en el que no es curable. En los últimos cincuenta años, el cáncer de páncreas ha duplicado su incidencia en España.
Alto peligro de úlceras pépticas
El tabaco estimula secreciones de sustancias ácidas en el estomago y, a su vez, provoca una disminución del flujo sanguíneo hacia la mucosa digestiva. Todo ello altera el equilibrio del estómago, reduciendo la secreción de los bicarbonatos que protegen a la mucosa. Su consecuencia no es otra que un alto riesgo de padecer úlcera péptica, una patología que padecen alguna vez en su vida una de cada cinco personas.
La mitad de los cánceres de vejiga
Los fumadores tienen hasta cuatro veces más de posibilidades de desarrollar cáncer de vejiga. Pero un dato resulta especialmente alarmante: la mitad de los nuevos casos diagnosticados guardan estrecha relación con el tabaco como causa directa. En España, es el tercer tumor más común y el tabaco juega un papel tan importante que si el riesgo de fumar tabaco rubio lo cuadruplica, el de inhalar negro lo multiplica por siete si se fuma de forma habitual.
Tumores ginecológicos
El tabaco es un importante inductor de tumores de origen ginecológico, como el de mama o cuello uterino. Las fumadoras tienen el doble de posibilidades de desarrollar cáncer de mama. También está implicado en el tabaquismo pasivo, hasta el punto de que la exposición al humo del tabaco puede desencadenar cambios celulares que conducen al cáncer de mama.
Causa de disfunción eréctil
Veinte cigarrillos diarios incrementa el riesgo de padecer disfunción eréctil en un 60%. La causa se debe a factores cardiovasculares debido a la formación de placas de ateroma que impiden que la sangre fluya en condiciones normales por los vasos, lo que provoca problemas de erección.
URLs
relacionadas
|