La Ministra de Sanidad y Consumo, Elena Salgado, ha presentó el pasado lunes 2 de octubre en rueda de prensa una nueva campaña de publicidad  dirigida a sensibilizar a la población más joven sobre los riesgos que para su salud y su desarrollo personal acarrea el consumo de drogas, especialmente de cannabis y cocaína, las dos drogas ilegales más consumidas en España, que registran además una tendencia ascendente desde la década de los noventa.

Bajo el lema “Drogas: hay trenes que es mejor no coger”, la campaña cuenta con un presupuesto de 2,2 millones de euros y se emitirá desde mañana y hasta el día 18 de octubre. Durante este periodo se realizarán más de 1.000 pases del spot de televisión, se difundirán más de 170 cuñas de radio, se realizarán inserciones en prensa e Internet y se colocarán 4.452 carteles en soportes exteriores, mobiliario urbano y medios de transporte público.

Como en anteriores campañas promovidas por el Plan Nacional sobre Drogas, en su difusión colaborarán, de forma desinteresada, más de 200 entidades públicas y privadas, entre las que se cuentan ayuntamientos, Comunidades Autónomas, ONGs y empresas; una colaboración que ha agradecido especialmente Elena Salgado.

RIESGOS OBJETIVOS

La Ministra ha explicado que con esta campaña “queremos proporcionar a los jóvenes y al conjunto de los ciudadanos una información veraz y consistente, desde la evidencia científica, sobre los riesgos del consumo de drogas. Se trata de sensibilizar sobre los riesgos objetivos de la drogadicción, sin alarmas exageradas ni moralinas añadidas, para favorecer posiciones críticas activas y conscientes”.

 “Por ello, junto con la idea del rechazo a las drogas por los problemas de toda índole que ocasionan, estamos fomentando pautas de comportamiento que permitan a nuestros jóvenes desarrollar estilos de vida saludables y un comportamiento autónomo. Frente al fracaso y la dependencia física, psíquica y económica que ocasiona la adición a drogas, nuestra  propuesta es la de disfrutar de una cultura del ocio libre de drogas, en la que los jóvenes sean protagonistas y dueños de sus actos”, ha agregado Salgado.

Según las encuestas realizadas por el Ministerio, entre los años 1995 y 2003 ha aumentado considerablemente la proporción de personas que consumen cocaína y cannabis. En el mismo período ha continuado descendiendo el número de consumidores de heroína y se ha detectado un cambio en los patrones de consumo.

En este sentido, Salgado ha explicado que el incremento en el consumo de cannabis y de cocaína se concentra sobre todo en el sector más joven de la población. En muchos casos, estas drogas se consumen, en combinación con otras o mezcladas con tabaco o alcohol, con fines recreativos y socializantes durante los fines de semana y épocas de ocio. Se trata de un consumo intenso pero intermitente, que al concentrarse durante determinados días, confiere la falsa y peligrosa sensación de carecer de riesgos.

DAÑOS IMPORTANTES

Pero esta falsa impresión se contrapone a la evidencia científica sobre los efectos negativos de estas drogas. En el informe sobre los daños del cannabis, que el Ministerio presentó en marzo de este año, se ponía de manifiesto que, además de los efectos inmediatos y que están en la raíz de muchos accidentes de tráfico y laborales, esta sustancia produce problemas crónicos, como trastornos en la percepción sensorial, una disminución de la atención y de la capacidad de concentración, y una merma de la memoria inmediata. Todo ello puede hacer disminuir en los jóvenes la capacidad de aprendizaje y reducir el rendimiento escolar. Además, el trabajo apuntaba una relación entre el cannabis y las enfermedades psiquiátricas, en especial con cuadros psicóticos.
 
En cuanto a la cocaína, en la actualidad es la droga que genera una  mayor demanda de tratamientos entre los consumidores que solicitan atención médica por primera vez. Entre sus complicaciones psiquiátricas destaca la psicosis o los cuadros de paranoia transitoria que sufren hasta un 70% de los consumidores crónicos, según las estimaciones. Por otra parte, además de contribuir al desarrollo de arterioesclerosis prematura, la cocaína aumenta en 24 veces el riesgo de sufrir un infarto de miocardio y de sufrir un accidente cerebrovascular.

La “Encuesta a la Población Escolar 2004” ya apunta una proporción importante de estudiantes que asegura haber sufrido alguna vez consecuencias negativas atribuibles al consumo de cannabis y de cocaína. En el caso del cannabis, las más frecuentes son pérdida de memoria (24%), dificultades para trabajar o estudiar (15,8%), tristeza, ganas de no hacer nada y depresión (14,3%) y faltar a clase (10%). En el caso de la cocaína, las consecuencias negativas más frecuentes son  problemas para dormir (44,1%), pérdida de memoria (14%), tristeza o depresión (12,6%) y problemas económicos (11,8%). 

INCREMENTO DEL CONSUMO

Por otro lado, esta misma encuesta detecta un incremento del consumo de estas drogas en la franja de edad de 14 a 18 años. En 1994, el 18,2% de la población escolar decía haber consumido cannabis durante los doce meses previos, mientras que en 2004 esta proporción se elevaba al 36,6%. Es decir, en los últimos 10 años se había duplicado el número de escolares que ha consumido esta droga. La  encuesta también revela que el 10% de los estudiantes de 14 años aseguraba haber consumido cannabis en los últimos 30 días. Este porcentaje ascendió al 35,7% entre los jóvenes de 18 años, frente al 0,9% entre los de 14 años.

INSISTIR EN LA PREVENCIÓN

Al comienzo de la legislatura, desde la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas se analizaron y compararon los datos que arrojaban las sucesivas encuestas, los patrones del consumo de drogas en el país y los cambios que éstos han sufrido en los últimos años, “lo que puso de manifiesto una realidad que no dudo en calificar de oculta, porque en su mayor parte era ignorada por la sociedad”, ha apuntado la Ministra.

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