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Risas contra la drogadicción
Fecha: 21.05.2007 Fuente: www.canalsolidario.org

Responder positivamente a los contratiempos es una gran herramienta en la prevención de conductas de riesgo de los menores ante la drogadicción. Los expertos en educación recomiendan, ante un problema tan serio, hacer reír a los jóvenes

Aida Sánchez / Redacción (21/05/2007)

El humor es un elemento de comprensión de la realidad. Nos ayuda a entender y afrontar el mundo que nos rodea desde otra perspectiva más optimista y además genera un estilo sano de relación y comunicación. Estas son las ideas que presentaron los catedráticos en Pedagogía y Ciencias Sociales Jesús Damián Fernández y Eduardo Jáuregui en su taller "El humor como recurso pedagógico para trabajar con adolescentes", dentro de las IX Jornadas ‘Menores y Drogas’ , organizadas por Proyecto Hombre y celebradas esta semana en Madrid. Para Fernández y Jáuregui el humor puede convertirse en un importante vehículo de comunicación entre familias, educadores y menores.

Durante años los terapeutas y los mediadores en prevención de las adicciones han buscado maneras de hacer reflexionar a los adolescentes sobre el por qué de su consumo y las alternativas que deben encontrar para no caer en dependencias dañinas. El humor puede convertirse en este marco en una herramienta funcional con la que poder estimular a los jóvenes y formarles en la capacidad crítica. “El humor nos ayuda a pensar de formas diferentes. Estimula la creatividad y fomenta un pensamiento divergente y lúdico”, afirma Eduardo Jáuregui, profesor de la Saint Louis University. “Siempre se ha sabido que emplear el humor agiliza y enriquece los procesos de enseñanza y aprendizaje”, argumenta el catedrático. “A los jóvenes les sirve porque facilita un mejor conocimiento de sí mismo y les ayuda a encontrar nuevas fórmulas y recursos pedagógicos. A los educadores también nos ayuda porque nos abre canales de comunicación y amortigua las situaciones estresantes o tensas”.

Durante la celebración de los talleres se pidió, también, que las familias usaran el humor en su comunicación. A través de las risas, la jovialidad y la actitud positiva se puede lograr un ambiente distendido y cercano que ayuda a fomentar una actitud permisiva y flexible. Para los expertos en educación este estilo de comunicación más ‘democrático’ motiva a los menores a plantearse los usos de las drogas. Así, lejos de criminalizar y dar por hecho que las drogas son malas porque sí, se pueden plantear debates con los menores sobre la alienación que pueden provocar las adicciones, el interés de mucha gente que vive del consumo de drogas de otras personas, etcétera.

Tal y como explicaron los pedagogos, el humor, además, enseña a las personas a ser más humildes, menos vergonzosas, más sociables y más próximas. Así, a través de la risa los menores pueden aprender a valorar la amistad y no dejarse caer en la apatía del gregarismo, a la vez que la capacidad crítica que adquieren les hace entender que el consumo temprano de drogas les puede llegar a hacer dependientes y adictos, siempre desde un punto de vista alejado de los dramatismos gratuitos.

Humor positivo

Humor Positivo es el innovador proyecto puesto en marcha por Jesús Damián Fernández y Eduardo Jáuregui. Estos dos innovadores profesionales, con una sólida experiencia en el campo del sentido del humor y sus aplicaciones positivas, realizan cursos, talleres, conferencias y proyectos de humor aplicado a ámbitos como el mundo de la empresa, de la administración pública, de la universidad, de la educación primaria y secundaria y del trabajo social. El taller que impartieron en las Jornadas organizadas por Proyecto Hombre trataba de informar a mediadores y educadores en los beneficios del humor aplicado a la drogadición en los menores.

Estrategias de prevención

Las IX Jornadas Menores y Drogas también acercaron a Madrid a un gran número de expertos en Educación, Psicología y Medicina que trabajan el problema de la drogadicción en los jóvenes desde otros puntos de vista.

Enseñar a los adolescentes a tolerar la frustración, mantener una buena relación con las familias y darles herramientas para defender sus derecho y sus criterios personales fueron las recetas preventivas que más se repitieron en las ponencias.

Diversas entidades y fundaciones, como la Asociación Hegoak o la
Fundación Pere Tarrés, por su parte, hicieron hincapié en la importancia de los programas de ocio alternativo y presentaron los distintos programas que habían puesto en marcha para la prevención de drogodependencias en el tiempo libre.

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