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La integración como medida preventiva
Fecha: 08.10.2004 Fuente: www.pharus.info

La Fundación para la Atención a las Toxicomanías de Cruz Roja Española, CREFAT, presentó el día 22 del pasado mes de septiembre en la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, en Madrid, los resultados de la investigación “Los procesos de integración de los inmigrantes Pautas de consumo de alcohol y modelos culturales de referencia”

Un estudio monográfico elaborado por los sociólogos Fernando Conde y Diego Herranz en el que se ofrece un análisis cualitativo sobre colectivos de inmigrantes de mayor representación en España (ecuatorianos, colombianos, dominicanos y polacos) y sus hábitos de consumo de alcohol. Según dicho estudio, si bien en la actualidad el consumo de alcohol entre inmigrantes no constituye un problema de salud pública en España, es necesario prevenir que esta situación se produzca desarrollando políticas de integración que eviten que el alcohol se convierta en un factor agravante de la situación de vulnerabilidad a la que están expuestos la mayoría de los inmigrantes residentes.  
 
  En el acto de presentación intervinieron la delegada del Plan Nacional de Drogas, Dña. Carmen Moya; el presidente de CREFAT y Cruz Roja Española, D. Juan Manuel Suárez del Toro; la directora general de Integración de los Inmigrantes, Estrella Rodríguez y el autor del estudio, D. Fernando Conde. Carmen Moya destacó la necesidad de enfocar de forma global y multidisciplinar los problemas relacionados con las drogodependencias, y en este sentido, manifestó su intención de impulsar la coordinación entre Administraciones e instituciones sociales. Asimismo, alabó la función de este tipo de estudios ya que según señaló, la actividad del PND debe orientarse a los nuevos hábitos de consumo.  
 
  Suárez del Toro Rivero, presidente de Cruz Roja, explicó las razones que motivaron la investigación y señaló que “cualquier programa de intervención social debe tener en cuenta el marco cultural y social de las personas a las que se dirige, para prevenir fenómenos de exclusión”. Por su parte, la directora general para la Integración de los Inmigrantes insistió en la importancia de la coordinación y explicó las líneas de trabajo que, desde el Ministerio se están poniendo en marcha en con respecto a la integración, manifestando su coincidencia con el autor en que las fracturas en este proceso, se convierten en un elevado factor de riesgo en relación al consumo.  
 
  El estudio, presentado por Fernando Conde, trata sobre las coordenadas de sociabilidad e integración en las que se mueve la persona inmigrante y se divide en tres grandes apartados que van desde lo más general - los procesos de integración de los inmigrantes en España - a lo más específico - las pautas de consumo de alcohol en nuestro país -, pasando por una etapa intermedia, las prácticas sociales que se desarrollan en el ocio y tiempo libre, que es cuando se desarrolla la mayoría de los consumos de alcohol de los inmigrantes.  
 
  Según la investigación, el factor tiempo suele ser decisivo para la adaptación y el ajuste entre las pautas de consumo derivados de la cultura de origen y las asociadas a las nuevas condiciones de vida. El alcoholismo es minoritario en la población inmigrante, si bien existe un “desorden” inicial expresado habitualmente en un incremento del consumo, al llegar a un país donde se bebe habitualmente, hasta que, poco a poco, el inmigrante encuentra un nuevo equilibrio en el que se suele reducir el consumo inicial. El problema radica en la posible fractura del proceso de integración, de forma que entre las personas más vulnerables o más afectadas por dicha situación, se cronifique dicho momento inicial y se sitúe en el origen de un alcoholismo favorecedor de un proceso de marginación y exclusión social.  
 
  Un hecho que se constata es que la voluntad de integración de la persona inmigrante le hace desarrollar estrategias de adaptación para no caer en dependencias como el alcoholismo.  
 
  Según Conde, la integración debe basarse en el desarrollo de diversos aspectos que afectan a la vida cotidiana de los inmigrantes, como unas buenas prácticas sociales de acogida y recepción en el terreno de la convivencia social, la existencia de un trabajo estable y legal, el acceso a la vivienda y el reagrupamiento familiar. Se trata de abordar la integración desde los derechos.  
 
  En definitiva, los autores apelan a una integración "entendida como el encuentro positivo y mutuamente enriquecedor" entre los proyectos migratorios de unos y otros inmigrantes y el conjunto de reacciones sociales desplegadas por la sociedad española ante los inmigrantes, en el que cabe destacar la política institucional.

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