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Los especialistas en tabaquismo recomiendan prevenir las recaídas con tratamientos eficaces y una adecuada prevención
Fecha: 21.12.2004 Fuente: acceso.com

Los especialistas afirman que las tres causas principales por las que los fumadores recaen son los estados emocionales negativos de la persona, que explican el 40 % de las recaídas; las presiones sociales a fumar (20%); y la mejora de los estados emocionales negativos en situaciones interpersonales (17%)

-Las recaídas suponen un grave problema para el abordaje del tabaquismo. Los estudios científicos señalan que los índices de éxito al dejar de fumar se sitúan alrededor del 15 al 30 por ciento si el paciente utiliza los tratamientos adecuados

- El tratamiento prolongado con bupropión (más allá de las 7 semanas de uso habitual), ha demostrado, si se compara con placebo, que produce un retraso en la aparición de la recaída

El tabaquismo es una enfermedad crónica que afecta a más de 1.000 millones de personas en todo el mundo. En España, el tabaquismo causa cerca de 60.000 muertes al año. El consumo de tabaco supone un grave problema de salud pública en el mundo, según la OMS, ya que es responsable de al menos 25 grupos de enfermedades que afectan a casi todo el organismo, de hecho es la cuarta causa de enfermedad en el mundo.

Como ocurre con todas las drogas de abuso, el tabaquismo plantea un reto terapéutico fundamental: la prevención de recaídas. Para hablar sobre este desafío sociosanitario, en el marco del IV Congreso Nacional sobre Prevención y Tratamiento del Tabaquismo (CNPT), celebrado en Barcelona, ha tenido lugar la sesión plenaria “Las recaídas como problemas”, patrocinada por GlaxoSmithKline (GSK).

La dependencia al tabaco posee muchas de las características típicas de una enfermedad adictiva crónica. Una pequeña parte de los fumadores alcanza la abstinencia permanente en su intento de abandono, la mayoría continúa fumando durante muchos años y atraviesan múltiples periodos cíclicos de recaída y remisión. Durante el proceso de abandono del tabaco la recaída es la norma más que la excepción. Los estudios científicos nos informan que los índices de éxito en la deshabituación tabáquica se sitúan alrededor del 15 al 30 %, si se aplican los tratamientos adecuados, lo que nos da idea de la magnitud del problema de las recaídas.

¿Por qué recaen los fumadores?
El doctor Francisco Camarelles Médico de Familia y Coordinador del Grupo de Abordaje de Tabaquismo de SEMFYC, fue el encargado de explicar el manejo de las recaídas en la práctica clínica diaria. Según el Dr. Camarelles “para entender las recaídas debemos conocer los principales motivos de los fumadores para fumar y no poder abandonar este hábito. Entre estos están los relacionados con los efectos de la nicotina (la relajación, la estimulación que produce la nicotina, el placer de fumar, control del peso, el componente adictivo), y los relacionados con aspectos psicológicos y sociales del tabaquismo (el control de la angustia y el estado de ánimo, el tabaco como herramienta que facilita la interacción social e interpersonal, mejora del rendimiento, confort psicológico)”.

Durante su intervención, este especialista explicó que la mayoría de las recaídas se producen tempranamente en el proceso de abandono y están relacionadas con los síntomas del síndrome de abstinencia. Otras recaídas se producen más tardíamente. Los especialistas afirman que las tres primeras causas principales por las que los fumadores recaen son los estados emocionales negativos de la persona, que explican el 40 % de las recaídas; las presiones sociales a fumar (20%); y la mejora de los estados emocionales negativos en situaciones interpersonales (17%).

¿Cómo abordar las recaídas?
“A causa de la naturaleza crónica de la dependencia que provoca el tabaco, los profesionales sanitarios deberían ofrecer tratamientos preventivos de las recaídas en los fumadores que han abandonado recientemente el tabaco”, según el Dr. Camarelles, que explicó que “normalmente los tratamientos preventivos de las recaídas constan de tres componentes básicos: el refuerzo de la decisión de abandono del tabaco; la revisión de los beneficios del abandono; y la ayuda a resolver problemas que surjan después del abandono”.

Las intervenciones para prevenir las recaídas son especialmente importantes poco después de dejar de fumar y pueden hacerse en forma de visitas clínicas programadas, llamadas telefónicas o aprovechamiento de contactos medico-paciente por otras circunstancias no relacionadas por el tabaquismo ya que la mayoría de las recaídas se producen tempranamente en el proceso de abandono aunque otras muchas se producen meses después del momento en el que se abandonó el tabaco

Manejo de problemas específicos
Para el Coordinador del Grupo de Abordaje de Tabaquismo de SEMFYC, los clínicos deben estar preparados para el abordaje de problemas específicos que dificultan a los fumadores mantenerse sin fumar como son los siguientes:


“1. Falta de apoyo para dejar de fumar. Ante esto podemos programar visitas de seguimiento, ayudar al fumador para identificar las fuentes de apoyo en su ambiente o remitir al fumador a una organización adecuada que ofrezca asesoramiento o apoyo para dejar de fumar.

2. Estado de ánimo negativo o depresión. Si son significativos, prestar asesoramiento, prescribir medicaciones apropiadas o remitir a un especialista.

 3. Síntomas prolongados o graves de abstinencia. Considerar la ampliación del uso de tratamiento farmacológico adecuado o añadir/combinar fármacos para reducir los síntomas graves de abstinencia. El tratamiento prolongado con bupropión (más allá de las 7 semanas de uso habitual), ha demostrado, si se compara con placebo, que produce un retraso en la aparición de la recaída.
4. Aumento de peso. Recomendar el inicio o el incremento de la actividad física. No fomentar dietas estrictas y si dietas sanas. Mantener el paciente con tratamientos farmacológicos que retrasan o disminuyen el aumento de peso, o remitir al paciente a un programa de perdida de peso. El bupropión ha demostrado una disminución en la ganancia de peso que ocurre al dejar de fumar.

5. Disminución de la motivación o sentimiento de privación. Tranquilizar al fumador sobre la frecuencia de dichos sentimientos, recomendar actividades gratificantes. Recomendar abstinencia total ya que incluso una calada incrementa el ansia y dificulta el proceso de abandono”.

Tratamiento del tabaquismo
El doctor Fernando Rodríguez de Fonseca, Coordinador Nacional de la Red de Tratamientos Adictivos y Director Gerente de la Fundación IMABIS (Instituto Mediterráneo para el Avance de la Biotecnología y la Investigación Sanitaria), centró su exposición en la neurobiología de las recaídas. Para el Dr. Rodríguez de Fonseca “la adicción al tabaco se basa en la potencia farmacológica de la nicotina como estimulador del sistema de recompensa. Ésta es muy potente y sostenida y, además, presenta oscilaciones dependientes de la rápida degradación de la nicotina, así como del hecho de que en el humo del tabaco hay inhibidores muy potentes de la enzima monoamino oxidasa B, que es responsable de la degradación de neurotransmisores cerebrales como la dopamina que median la conducta adictiva.

El efecto combinado de la nicotina y del humo del tabaco provoca la necesidad de activar constantemente el sistema de recompensa para mantener un estado motivacional positivo constante. Si falta la nicotina, porque no se ha consumido tabaco, entonces hay una carencia motivacional importante (estado afectivo negativo) acompañado de irritabilidad. Fumar normalizaría esta situación. El fármaco bupropión, a través de su efecto inhibitorio sobre la recaptación de la dopamina y de la noradrenalina, evita así que disminuyan sus niveles y que se active el sistema de recompensa, con lo que se consigue una reducción del ansia por fumar.

Los ciclos repetidos de exposición-abstinencia a nicotina llevaría a un estado funcional en el cual para mantener un estado normal de motivación/emoción sea necesaria la presencia de nicotina. Evidentemente, a las dosis que proporciona un cigarrillo, los mecanismos de toxicidad aguda del tabaco no son como los del alcohol o la heroína, por lo que el consumidor ve su uso más seguro (aunque a largo plazo sea mo

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