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"Sobre el alcohol no existe la conciencia de que es peligroso"
Fecha: 16.12.2005 Fuente: www.laopinioncoruna.com

Niceto González, ´sicólogo clínico de la Asociación de Exalcohólicos de A Coruña: "Es muy común entre padres que fuman pretender que el hijo no lo haga, pero los jóvenes son un modelo de lo que han visto".

La Asociación de Ex Alcohólicos organiza charlas con las familias para que aprendan a resolver los conflictos que puedan surgir sobre el consumo de drogas con sus hijos y, si es posible, ayudar a la prevención. Niceto González es psicólogo clínico de esta institución desde 1994 y acaba de desarrollar un taller con los padres en el centro cívico de Monelos.

-¿Por qué una campaña de prevención del consumo de drogas entre jóvenes enfocada a sus padres?

-Una de las pocas maneras de prevención efectiva es formar a quien forma. Pretendemos que sean los padres los que practiquen la prevención con sus hijos: trabajamos habilidades sociales básicas para que las desarrollen en casa, para que enseñen a sus hijos a decir que no frente la presión de los demás.

-¿Cuándo deben empezar los progenitores ese trabajo con los hijos?

-Desde el principio. Hay cosas que no tienen que ver con la prevención pero sí de funcionar de determinada manera ante la vida: si hago ver a mi hijo desde pequeño la necesidad de que se responsabilice de su higiene bucal, probablemente cuando sea adolescente va a entender que, al igual que ocurre con la salud dental, también están en sus manos otros problemas de salud.

-¿Son muchos los jóvenes que empiezan a consumir drogas (alcohol, tabaco, cocaína...) y se convierten en adictos?

-El tanto por ciento de gente que tiene un problema con el alcohol está en torno al 8%. Influyen muchas cuestiones. Por ejemplo, el inicio a edades más tempranas aumenta las probabilidades de que puedan tener un problema. Luego hay factores sociales: sobre determinadas drogas, como la heroína, existe una conciencia de peligrosidad, pero sobre el alcohol no existe esa conciencia de que es peligroso; la gente lo consume casi con la misma sensación como si estuviera bebiendo agua. No hay la conciencia social de que el alcohol es una droga con unos efectos muy nocivos.

-¿Cómo pueden los padres prevenir esta situación?

-En la educación que dan los padres a sus niños hay una intencional (la que hacemos cuando queremos transmitir `no hagas esto´) y otra no intencional: aquellas que la gente hace sin ser consciente de que dejan una huella. Es muy común entre padres que fuman pretender que el hijo no fume, pero los jóvenes son un modelo de lo que han visto.

-¿Por qué cree que no se le tiene el mismo miedo al alcohol que a otras drogas?

-Que el alcohol o el tabaco generen efectos mucho más a largo plazo que la heroína ayuda a que se vean menos peligrosos. Pero el alcohol y el tabaco son los que provocan más muertes. El alcohol es una droga y cumple todas las condiciones y, en muchos casos, es la más dura que hay porque tiene un síndrome de abstinencia que mata. Se debe evitar su ambivalencia: el alcohol está muy bien visto y el Estado saca una parte importante de sus ingresos a través de sus impuestos.

-¿Es el punto partida para el consumo de otras drogas?

-Es cierto que empezar en unas sustancias puede llevar al consumo de otras, pero hay muchos que consumen alcohol moderadamente y nunca pasan de ahí. También siempre se dice que para acabar en la heroína hay que empezar por los porros, pero se debe a que es la sustancia ilegal más fácil de conseguir. También existe el contraargumento de que todo el mundo que mamó leche materna acaba alcohólico.

-¿Es necesario realizar campañas más agresivas para la prevención?

-Informar no sólo es prevenir sino que a veces hasta es mala. Por ejemplo, no hay una sociedad más informada de los riesgos de las drogas que ésta y se sigue consumiendo. La información sola no vale de nada. En el fondo a veces puede provocar el efecto contrario: una persona que sale de la heroína y va al colegio a hablar de su experiencia; ven a un hombre físicamente bien, que viste como les gustaría vestir a ellos, cuenta sus aventuras... los niños pueden llegar a decir `esto hasta es bueno´.

-Y luego está el problema del botellón.

-El botellón no incorpora nada nuevo: en vez de beber en los locales privados beben fuera, en la calle; aunque sí introduce como peligroso, a nivel preventivo, que se crea un ámbito en el que no hay regulación. Si yo ahora bajo a la calle con cinco botellas pueden beber conmigo cuatro jóvenes de 13 años.

Rubén García.A Coruña

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