<noticias> :: <detalle noticia>
Los adolescentes guipuzcoanos se inician cada vez antes en el consumo de drogas
Fecha: 20.10.2006 Fuente: diariovasco.com

Lourdes Ortigosa y Endika Sánchez en la sede de Agipad. [J. M. LÓPEZ]
Agipad observa que suelen tener problemas con el cannabis y el alcohol, aunque algunos jóvenes también lo mezclan con pastillas y cocaína. Padres y tutores demandan también antes la ayuda profesional

SAN SEBASTIÁN. DV. Los adolescentes cada vez se inician antes en el consumo de drogas pero, a su vez, también se adelantan las consultas a los profesionales para tratar de frenar este problema. Esta es una de las tendencias que han detectado en los últimos ejercicios en la Asociación Guipuzcoana de Investigación y Prevención del Abuso de Drogas (Agipad), cuyos diferentes servicios, integrados en la red de Dirección de Derechos Humanos de la Diputación, atendieron el año pasado a 609 drogodependientes guipuzcoanos. Lourdes Ortigosa, psicóloga responsable de los tratamientos ambulatorios, cifra en los 17-18 años la edad media de los jóvenes que acuden a su consulta. «Pero es cierto que vemos casos que no teníamos antes, de adolescentes de 13, 14 ó 15 años, aunque son los menos», matiza.

A pesar de que es imposible englobar a estos toxicómanos en un único perfil, desde Agipad explican que muchos de estos jóvenes suelen tener consumos problemáticos de alcohol y cannabis. Hábitos diarios que pasan, por ejemplo, por fumarse un canuto antes de ir a clase. «Luego están apáticos en el aula, puede haber disfunciones en el ámbito escolar y presentan problemas de conducta», explica Ortigosa. En los casos más extremos, transgreden las normas no sólo dentro de clase, sino también fuera, y llegan a consulta con episodios delictivos de tráfico de drogas a pequeña escala. Hay casos en los que el trapicheo les proporciona un poder adquisitivo inusual para su edad y pasan del cannabis a la cocaína, una sustancia más cara. En Agipad, que el año pasado fue reconocida con el premio Gipuzkoako Giza Eskubideak, también están atendiendo a familias con adolescentes «que empiezan a hacer cócteles de fin de semana o para irse de fiesta y en los que los riesgos aumentan pues en ellos puede haber de todo: pastillas, cannabis, alcohol...».

Estas situaciones de abuso de drogas pasan cada vez menos inadvertidas para los mayores, especialmente en los centros escolares. «Se ha avanzado mucho», comenta no obstante Endika Sánchez, director de la asociación. En los últimos años, en coordinación y con el apoyo de la Dirección de Drogodependencias del Gobierno Vasco, el servicio de prevención de Agipad amplió su intervención hasta alcanzar la cifra de 1.877 personas, 617 más que en 2004. «Cada vez son más los tutores o educadores de otro tipo los que se ponen en contacto con nosotros. Antes no había esa demanda pero, además de otras variables, el trabajo preventivo ha hecho que acudan a servicios profesionalizados», comenta Ortigosa, a quien tampoco le sorprende recibir a padres alarmados que han descubierto consumos puntuales de sus hijos. Los adolescentes no suelen dar el paso de pedir ayuda. «Hay algún caso, pero es aislado y generalmente son mayores de 18-19 años».

Sesiones con los padres

En Agipad, se realiza una intervención personalizada con cada usuario. Ofrecen desde 22 plazas en Haize Gain, una comunidad terapéutica que, con sus 25 años, es la más antigua de España, hasta tratamientos ambulatorios. Y no sólo para los drogodependientes. En el caso de los adolescentes, el trabajo no se centra sólo en las sesiones con el joven, sino que siempre se tiene muy en cuenta a su entorno (centro escolar, una figura judicial o un servicio social...) y, sobre todo, a su familia.

De hecho, la asociación oferta sesiones grupales psicoeducativas con padres de adolescentes. Son reuniones abiertas, que se celebran durantes seis meses y en las que se tratan distintos temas. «El objetivo es capacitar a los padres para afrontar esas situaciones y que puedan ayudar al hijo», explica Sánchez, quien recuerda que a estos encuentros no sólo acuden progenitores con hijos en tratamiento, «sino también los que tienen algún hijo con problemas relacionados con el consumo pero que se resiste a acudir al tratamiento. Los padres están sufriendo y se les enseña a afrontar la situación lo mejor posible. Se sientan con otro grupo de padres y es como si fueran a verse en un espejo. Comparten las experiencias».

Desde Agipad aseguran que estos adolescentes no provienen siempre de ambientes problemáticos, como se pudiera pensar erróneamente. «Son de familias de clase media, sin conflictos. En algunos casos sí que los hay, pero no necesariamente», explica la psicóloga, quien recuerda que los padres «se han de ocupar siempre de lo que les pasa a sus hijos». Reconoce que es más fácil despistarse si, por ejemplo, se atraviesa una etapa estresante por motivos laborales o si el propio progenitor tuvo una adolescencia difícil. «Hay que estar atento siempre, pero sobre todo en esos momentos vitales de cambio, como la adolescencia. Hay que acostumbrarse a ver, acompañar, atender y responder a las necesidades de los hijos. Y si uno está mirando y no ve nada porque hay ocultación o conductas defensivas por parte del hijo, esa misma actitud ya te está diciendo algo. Puede ser normal en una época de cambios, pero en otros casos no. Lo importante es la atención constante, lo cual no significa que haya una vigilancia constante».

URLs relacionadas