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El placer cerebral de la nicotina
Fecha: 20.09.2006 Fuente: elmundosalud

Ilustración: Luis Parejo
Llena un vacío y, en consecuencia, aporta placer. Así funciona la nicotina en el cerebro del fumador. Aunque una sola calada ya aporta algo de satisfacción, los usuarios necesitan toda la nicotina presente en un pitillo para reducir las ganas de fumar. Esto explica por qué suelen consumir regularmente y a diario

MARIA SAINZ (elmundo.es)

Los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, sus siglas en inglés) de Estados Unidos han impulsado una investigación sobre la nicotina, el componente del tabaco más relacionado con la adicción. Para ello, sus autores tomaron imágenes del cerebro de 11 fumadores -a través de una tomografía de emisión de positrones (PET)- mientras estaban abstinentes, daban una o tres caladas, fumaban un pitillo o consumían hasta estar saciados (entre dos y tres cigarrillos).

Según explican los especialistas estadounidenses en la revista "Archives of General Psychiatry", la nicotina llega al cerebro para unirse a una serie de receptores (los receptores nicotínicos de la acetilcolina o nAChRs). Esta interacción facilita la liberación de dopamina, una sustancia muy relacionada con los sentimientos de placer.

Las imágenes cerebrales obtenidas por estos expertos reafirman este camino de acción de la nicotina. Y muestran, además, qué placer se obtiene y cómo se reducen las ganas de fumar en función de la distinta presencia de esta sustancia en el cerebro.

Cómo disminuir el ansia por fumar

Con una sola calada la nicotina logró unirse a un 30% de los receptores y tres caladas ocuparon el 70% de los receptores. Sin embargo, ninguna de estas cantidades de nicotina logró reducir la ansiedad.

Esta disminución sólo se detectó entre los que consumieron un cigarrillo o los que fumaron hasta que saciaron su necesidad (con una presencia de nicotina de entre un 88% y más de un 95%, respectivamente).

En opinión de los especialistas, estos resultados explican el uso continuado del tabaco entre los adictos. Fuman regularmente para que los receptores no pierdan su lazo de unión y, de esta forma, impiden la sensación de ansiedad que se produce cuando el cerebro echa en falta la nicotina.

"Esta acción de la nicotina podría aportar un refuerzo positivo y un alivio de las ganas de fumar, y la unión de la nicotina y la desensibilización de estos nAChRs -los receptores nicotínicos- podrían aliviar dicha ansiedad", apuntan los expertos procedentes, entre otros centros, de la Universidad de California (Los Ángeles, EEUU).

El trabajo también destaca que, debido a que la ocupación de los receptores se produce "incluso con niveles bajos de exposición", habría que estudiar la existencia de un posible efecto similar en los fumadores pasivos

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